sábado, 2 de agosto de 2008

¿ Cual es el precio de un derecho?



¡“Alán García el hueso esta sabroso
Nos quitas el derecho y lo conviertes en negocio”!

Una tras otra marcharon sumando arengas, desde la Plaza 2 de Mayo hasta el congreso, bloqueando las avenidas Tacna, Grau y Abancay desde las 11am del ultimo Jueves 25, el FENDUP, FENTUP y FEP, entre otros colectivos y organizaciones, levantando su voz de protesta por la privatización de la educación y por la homogeneidad de las remuneraciones e incrementos salariales.

La problemática de la educación en el Perú no es una crisis nueva, de repente se arrastra históricamente como un eslabón más dentro de la larga cadena de estupefacientes amarrada a las cabezas del pueblo, para que viva ciego y sumiso. Si en el pasado dentro de civilizaciones milenarias el conocimiento servía sólo a una élite que a través de la ignorancia oprimía al común, al silvestre, al iletrado; deducimos que con este modelo hemos dado un giro en el tiempo, revitalizando las diferencias cognitivas, olvidando las luchas populares y los derechos básicos humanos, como es el de la educación. Acá en Perú nos reservamos la educación superior para aquellas familias que tuvieron la oportunidad de pagarles un colegio privado a sus hijos.

¿A dónde nos dirige esta privatización de colegios y universidades públicas?
Al elitismo del saber. Debemos de entender que a la gran mayoría, a la masa, a la base piramidal, se nos ningunea la oportunidad de escalarla, y que los puestos a través de los cuales uno puede buscar un cambio social son y siempre han sido tomados por las clases sociales más altas, si alguno de nosotros llegaría a inmiscuirse en este espacio, tenemos la seguridad que no guardaría ningún tipo de aprehensión para con los suyos, sería la corrupción su biblia, el individualismo el horizonte. El ejemplo máximo es nuestra cada vez más diminuta burguesía nacional, que en vez de cimentar un bloque económico competitivo, le oferta empresas y fábricas al inversor extranjero que se establece con más fuerza conforme los tratados de libre comercio se firman. Este es evidentemente el espejo a través del cual se mide García.

La realidad de las universidades como la UNI y la Agraria es crítico, siendo estas instituciones dependientes del estado, el presupuesto con que sobreviven es de un 70% autogestionado con “Recursos Directamente Recaudados”, mientras que el restante 30% proviene del estado. Esta situación se ahonda y agrava terriblemente con la ley general de Educación Nro. 29044, en donde el derecho se convierte en servicio, es decir, la educación una mercancía y el estudiante un consumidor, un cliente.

Es incomprensible que en un país pluricultural, multiétnico y poli lingue, solo se repartan textos y se dicten clases en castellano, cansados que se nos endose, desde tan niños, kilos de fechas de batallas perdidas, de falsos símbolos y de falsos héroes tan o más vende patrias que el actual gobernante.

En toda Latinoamérica latina la educación superior ha sido lapidada bajo privatizaciones, muchas ONG y algunos proyectos gubernamentales tratan de suplirla con educación técnica laboral, convirtiendo al joven iletrado en un perfecto aparato de producción pro sistema, en donde no se puede aspirar a nada más que la supervivencia. Los pudientes que alaban la inteligencia de nuestra congresista Martha Hildebrant y la genialidad con la que pretende resolver de un dos por tres “el problema de la educación en el Perú”, seguramente obtendrán un título que los superponga a la crisis por la que se descarrila el país, el resto de nosotros futuros obreros, cobradores, dateros, ambulantes, etc., seguiremos recibiendo educación gratuita a través de su programa radial.

pedromo

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