sábado, 2 de agosto de 2008

Verano, otoño, invierno, primavera.



Verano, otoño, invierno, primavera. Verano, otoño, invierno, primavera. Las estaciones del año siempre han sido cíclicas y tratan así de mantener un equilibrio en esta biosfera colmada por nuestros actos, también lo son las fases de la luna, el ciclo del agua, la traslación de los planetas, la cadena alimenticia, inclusive el ciclo vital del hombre aunque termine en la muerte del espécimen mantiene la especie y su rumbo constante debido a la etapa de reproducción.

El punto es que todo lo perenne es cíclico, lo que durante milenios no ha fracasado sin detener su curso continuo ni entrado en crisis es cíclico. Por lo tanto me parece increíble que vivamos para un sistema lineal, el cual, estando en crisis, avanza forzadamente, después de muerto, empujado por los impulsos eléctricos de baratas manos de obra y sociedades consumistas. Doctores Frankestein mínimamente asalariados o, peor aún, no asalariados. Extraemos, producimos, distribuimos, consumimos y desechamos; o mejor dicho arrasan nuestros recursos naturales, nos infestan con tóxicos durante el proceso industrial, nos explotamos como trabajadores, derrochamos dinero y descartamos productos considerados fuera de la moda para adquirir “presencia”, o casi existencia, comprando uno nuevo. Obviamente, el principal problema de este sistema lineal, de este afán por comprar bienes indiscriminadamente aunque no sean del todo necesarios, es que vivimos en un mundo finito.

Por ejemplo, un país considerado potencia por su alto índice de producción y con un 4% de la población mundial es autorizado de tomar el 30% de los recursos naturales, y producir el 30% de los desechos del planeta. Es por eso que en las últimas 3 décadas hemos utilizado un tercio de los recursos naturales y posiblemente en 3 décadas más necesitemos otro planeta para depositar desechos. Y es que la fase más importante de este “modelo económico” es CONSUMIR, y mucho mejor si es en los grandes almacenes que invaden todo espacio y evaden todo impuesto. La función de estos lugares es vender la mayor cantidad de productos en el menor tiempo posible, es decir mantener los precios bajos para mantener a la gente comprando. ¿Y como mantienen bajos los precios? Pues haciendo que el costo de producción de sus manufacturas sea pagado por otras personas que no son exactamente las personas que las compran, para empezar pagan sueldos miserables a los trabajadores del almacén a cambio de muchas horas de trabajo, segundo las principales materias primas de sus productos ya sean metales, plásticos o combustible son extraídos o producidos de lugares donde las leyes facilitan la extracción indiscriminada o la fabricación masiva de productos con un gasto mínimo en empleados.

Así, el bajo precio que una persona pagó en aquel gran almacén no es el verdadero precio, ya que al mismo debe sumarse el alto precio pagado por los tercermundistas con la pérdida de sus recursos naturales, los obreros de las fabricas pagando con su organismo propenso al cáncer y la pérdida de su aire puro, los almaceneros privados de seguro social y estabilidad. Después de todos estos sacrificios ajenos las grandes corporaciones sólo buscan vender MÁS, lo cual se logra de dos formas , produciendo productos hechos para malograrse, o cambiando la estética de un televisor, un radio, o un par de zapatillas para que el producto que adquiriste sea anticuado en poco tiempo, lo suficiente para que la publicidad te obliga reemplazarlo. Entonces, ¿como podemos manejar un planeta donde el 99% de lo producido es basura en 6 meses?.



¿Y por que seguimos bombeando la sangre de esta inerte empresa, si su mayor finalidad no es educación, salud o justicia?, ¿Por qué la mantenemos si su verdadera finalidad es solamente engendrar productos de consumo para que sus mismos empleados malpagados le compren? ¿Y como así ingresamos, no a este circulo, si no a esta línea muerta demarcada por interés de propios?... Pues, luego de la segunda guerra mundial un país al norte de América buscaba elevar su economía y llegaron a la conclusión de que necesitaban cosas consumidas, reemplazadas y descartadas a un ritmo siempre acelerado haciendo de la compra un modo de vida y un ritual. Por eso, medios alternativos buscan que todos puedan ver esta imagen completa, para que la gente incrustada a lo largo de este sistema no sea unida por la ignorancia si no por el ánimo de reclamar y transformar este viejo horizonte de ocaso eterno en una nueva ruta donde el consumismo no tergiverse almas y recursos naturales, mutándolas en una mercancía más sobre las góndolas.

Nativo Elt Calixto

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