martes, 1 de enero de 2008

Opinión Impertinente



El Referéndum es un método de consulta popular en el cual se recurre a la ciudadanía para que esta, ratifique o anule decisiones que ya han sido tomadas por un organismo representativo del estado, tales como: reforma de la constitución, ordenanzas municipales, leyes y cambios en la estructura organizacional de los departamentos y sus regiones. Por otro lado, El Plebiscito, que se acerca más a la idea de una participación ciudadana en la determinación de puntos iniciales sobre acciones gubernamentales, una manera de diagnosticar a las necesidades de la nación.

En la constitución del 93 se implemento al referéndum como derecho fundamental, político y colectivo de todos los peruanos, claro, esto era solo tinta en el papel y nada mas, en realidad se trataba solo de otro método para controlar a las masas, dándole la apariencia de haber obtenido un espacio de participación política. Esta nefasta realidad se vio reafirmada cuando el año 96 se promulgan dos leyes que señalan: que cualquier pedido de referéndum debe someterse a votación en el congreso. Luego, dos años mas tarde el pedido de referéndum, para impedir que Alberto Fujimori presente su candidatura a las elecciones del 2000, es frustrado por esta misma entidad.

La responsabilidad de las disposiciones que se toma para modificar la vida en el Perú recae solo sobre los poderes del estado, por ello vemos limitada la importancia que tiene la voz de quienes viven a diario con estos cambios a prácticamente solo una opinión que puede ser ignorada. Se venden minas a empresas extrajeras, aplican leyes corruptas a beneficios personales, se firman tratados como el TLC con EE.UU. y nadie parece notar que todas estas cosas no solo le conciernen a los implicados directos, sino que erigen reglas por las cuales tenemos que vivir todos los años venideros. Una masiva desinformación y medios de comunicación parcializados hacen que la mayoría de peruanos desconozcamos estas situaciones, al punto en que ni siquiera notamos que las variaciones han sido efectuadas hasta que nos toca chocarnos con ellas.

¿Es entonces valido el juicio que pueden tener un conjunto de personas manipuladas y dirigidas hacia intereses creados?, No, pues una consulta popular sin una campaña de información correcta, concreta y transparente, solo produciría más confusión y conflicto que brindar soluciones satisfactorias. La consulta popular es la única manera de participación colectiva en la cual podemos ejercer nuestro derecho a definir que es lo que queremos para nuestra sociedad, pero para lograr hacerlo de manera favorable, asegurar el bienestar de los nuestros y desarrollo equitativo de todos por igual, debemos asumir una postura de conciencia e interés real en las problemáticas políticas, sociales y culturales que nos aquejan.

Por Luis Villaverde

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