Sufrí la ultima campaña navideña en una suerte de letargo distante a la asfixiante neurosis colectiva en la que se ha convertido esta festividad importada en nuestro país, el 24 lastimosamente me crucé con una caja tonta, por medio de la cual una periodista de noticiero exponía cuales son los regalos ideales electrónicos de ultima tecnología, para papá una afeitadora con mp4, a mamá una licuadora lustra-tacones, la abuela merece un andador 5 velocidades y para los chicos skate-game boys. Pavo, puré de manzana, noche buena, rata blanca, mi perro se orinó debajo de la cama, algunos ebrios se olvidaron de parir a Jesús a las 12 y lo pospusieron a quien sabe tal vez una cesaría con complicaciones… y al día siguiente no pude dejar de notar la cantidad de basura, cartones, bolsas y empaquetaduras de productos electronicos, y para que hablar de los miles de residuos pirotécnicos regados por todas las calles; dos ideas cruzaron mi cabeza sobreproducción y desuso.
Me trastorna que estas masas perdidas en el consumismo sean ultrajadas por transnacionales que monopolizan el mercado y que forjan sus ganancias con productos electrónicos dañinos tanto para el humano, como para los animales y la tierra; a pesar de que por años estudios científicos han indicado los elementos químicos: mercurio, cadmio, tantalo, selenio, plomo, bromo, etc. como altamente nocivos para la salud y cancerigenos en su mayoría, estas empresas no solo han aumentado la producción a escalas inimaginables, si no que han reducidos sus precios para que estén al alcance de todos los estratos, asegurando de esta forma, con la ayuda del bombardeo mediático, el consumo masivo.
La mayoría de estos minerales son extraídos de países subdesarrollados con mecanismos primarios, principalmente por niños en jornadas de trabajo que exceden las 12 horas, por supuesto estos cuasi esclavos no cuentan con seguro social de ningún tipo, bonificación anual o canasta navideña, solo un pago ínfimo que podría reducirse a 25 centavos de dólar diarios. En otros casos la situación es peor, los niños son comprados por 45 dólares y sirven de materia prima, trabajan durante 2 años o 3 años hasta que mueren o quedan deteriorados, casi igual al promedio de vida de tu celular, que si pertenece a la ultima generación con mp3, cámara, gps, etc. te costó más o menos lo mismo que un infante.
El ensamblaje se da casi en las mismas condiciones, aunque las manos podrían variar de origen continental, con la materia prima convertida en dispositivos ignífugos se los instala en televisores, ipods, computadoras, celulares, chips, automóviles, etc. Estos viajan miles de kilómetros esquivando impuestos, con todo y TLC, y de pronto aparecen de oferta en el Jockey, Ripley o Saga (pronto en el abominable Wal-Mart), lugares en donde, a pesar de por ejemplo los 600 millones de teléfonos anuales, muchos no llegaran ni a vitrina y vegetarán hasta que sean devueltos como basura, abonando así las 4 mil toneladas de residuos tóxicos que quedan en desuso cada hora en el mundo.
EE.UU., Europa y Japón son los principales productores de este tipo de desechos, estos mismos albergan entre sus leyes normativas especificas, que son conceptos básicos y fundamentales sobre el reciclaje de estos productos, por eso es que prefieren depositarlos y enviarlos lejos. ¿Adonde? Al tercer mundo, países como el nuestro donde el medio ambiente es solo importante para algunos pitucos snob y otros hippies locos; mas independientemente de la legislación de cada nación, son las mismas empresas las que tienes la obligación de seguir todo el proceso de vida de sus creaciones, y en estos días en que la gente no lee ni Condorito ellos se defienden alegando que todos sus productos vienen con una nota de advertencia sobre su debida deposición. En este sentido, es verdad que hubo ciertos criterios de reciclaje desde los 50’s, pero esa labor ha decaído abismalmente, es simple deducir, un par de décadas atrás a las compañías les convenía recuperar los metales invertidos en los enormes televisores, refrigeradores, computadoras ya que estos contenían grandes cantidades de metales reutilizables, valía la pena el esfuerzo y la inversión; pero ahora que la tecnología nos obliga a seguirle el paso sumada a la tendencia minimalista el reciclaje pasó a manos, una vez más, de niños, principalmente en la India, Pakistán, Filipinas y China, esta ultima próxima a convertirse en el mayor tacho electrónico del mundo, por ejemplo en la provincia de Guandong, donde la agricultura pasó a formar parte de la historia, hoy el reciclaje es el oficio por excelencia.
por pedromo
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