miércoles, 13 de febrero de 2008

Hubert Lanssiers


“Toda palabra es signo y signo de experiencia. Aquel que no tiene la experiencia no entenderá la palabra y aquel que tiene la experiencia no necesita discursos, este círculo vicioso demuestra la inanidad de las pretensiones oratorias. Nadie sabe exactamente y nunca sabrá para quien habla. No sabe y nunca sabrá exactamente lo que dice. Una palabra cargada de sentido para el autor, puede quedar sin ningún eco y una fórmula hueca puede dar frutos. Además, todo testimonio entregado y no recibido puede quedar suspendido, en espera, hasta el día en que germine en el seno de una conciencia que lo había escuchado sin comprenderlo.”

Padre Hubert Lanssiers (1929-2006)

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