miércoles, 13 de febrero de 2008

La Picadora de Carne: la Cruel Maquinaria de la Economía


Desempleo y explotación, 2 plagas modernas, que se alimentan entre sí:

La primera afecta a millones de trabajadores en el mundo, convirtiéndolos en parias, mendicantes, marginales, despreciados y despreciables; la otra, su asociada hermana , exige realizar jornadas de trabajo cada vez más largas y cada vez más intensas, sin percibir por ello ningún pago adicional, bajo la amenaza de perder el preciado y cada vez más escaso puesto de trabajo.

Más inversión tecnológica y menos mano de obra:

La economía mundial continúa elevándose a niveles asombrosos, pero sin impactar en el nivel de desempleo, que se mantiene en la marca sin precedentes de 195,2 millones de personas (86 millones de jóvenes). La OIT (Organización Internacional del Trabajo) calcula que el desempleo ha aumentado en un 26 % en los últimos 10 años; a ello debe añadirse el subempleo de millones de personas cuyo nivel de salarios y condiciones de trabajo no les permiten acceder a una vida digna.

Esquema capitalista (trabajar cada vez más para ganar cada vez menos):

En busca de trabajadores baratos y manejables, las empresas estimuladas por la competencia, recorren países pobres, donde las reglas laborales son mucho menos exigentes, y en consecuencia, los costos son incomparablemente menores, para acuartelar allí las fabricas; estás prácticas ocasionan que, también en los países de origen, chantajeen a los trabajadores, obligándolos a recortar sus salarios, renunciar a vacaciones y otros beneficios a cambio de no perder su amenazado puesto. “Lo que la derecha nos ofrece es convertir el mundo en un gran centro de compras donde se pueden adquirir indígenas aquí, mujeres allá” y podría haber agregado “niños, inmigrantes, obreros e incluso un país entero como México”. (Subcomandante Marcos)

Más tareas en una misma jornada:

Si la introducción de computadoras, robots y software en la mayoría de las ramas de la actividad económica, ha provocado que los trabajadores produzcan 3 a 4 veces más que antes, en el mismo tiempo, entonces lo lógico seria que tendríamos el derecho a trabajar menos y el derecho de disponer más tiempo libre, porque ¿si no son para ahorrarnos esfuerzos, entonces para que son buenas las maquinas? Si se nos pide prolongar nuestra jornada a 12 o 14 horas ¿es porque ahora producimos más lentamente que antes? ¿No debería de ser cada vez más corta la jornada de trabajo? ¿No podemos aspirar a otra manera de vivir, más humana? Si se nos obliga a trabajar más ¿Es acaso porque no se este produciendo lo suficiente para satisfacer las necesidades de la población? Todo lo contrario hoy se produce en el mundo alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de una humanidad mucho mayor que la que existe. En América latina por ejemplo se genera alimentos bastantes para una población tres veces mayor que la actual

Contradicción monumental:


La revolución tecnológica crea condiciones para liberar a la humanidad del pesado fardo del trabajo; proporciona más medios de subsistencia; amplía nuestro acceso al conocimiento y hace que la producción sea cada vez más fácil y, en consecuencia, más barata. Sin embargo esa misma revolución al descartar puestos de empleo, se auto-dispara a los pies. No solo retira consumidores del mercado, sino que también al abaratar las mercancías, las ventas se derrumban y por consiguiente disminuyen las fuentes de sus ganancias. Resulta ser una enorme bestia que se muerde la cola.

Máquinas y humanos:


Las máquinas han sustituido por completo labores que antes realizaban seres humanos, como sucede con las máquinas dispensadoras de bebidas, golosinas, boletos de trenes, así como cajeros automáticos, mecanismos de balanzas en cajas registradoras de supermercados y otros similares parientes inventados. Tu nueva compu, súper rápida, súper moderna, súper lo que quieras, no hace otra cosa que esclavizarte, al operar más apresurada esta te presiona para que pienses más rápido. Antes, las operaciones más complejas demoraban en realizarse, sabias que tenias unos 5 a 10 min. que podías aprovechar a tu antojo antes de seguir trabajando , hoy, con tan solo apretar la siniestra tecla, la operación ya se ha ejecutado, y ese cerebro electrónico está delante tuyo, desafiándote para que le des el siguiente mandato. Es él el que te espera. Eres tú el que ahora resulta lento. En manos del capital, los asombrosos softwares, los prodigiosos robots y las extraordinarias computadoras, no sirven al bienestar del humano, sino que lo colocan al servicio de estas, las maquinas. Se nos ha lavado el cerebro y programado para que vivamos para trabajar, en vez de trabajar para vivir.

“Lo único cierto es que todos, desde los sofisticados profesionales con grado de maestría, hasta los modestos operarios de la mas baja calificación, somos, hoy por hoy, explotados por el capital, obliga-dos a trabajar en exceso, despedidos muchos de nosotros, y luego vueltos a contratar algunos, pero despojados de seguro de salud, vacaciones y pensión de retiro. Eso es lo que tenemos en común. Eso nos hace iguales, eso hace de todos nosotros los proletarios del siglo XXI. Eso es, precisamente lo que nos hace fuertes”. (Carlos Tovar en Manifiesto del siglo XXI).

por sara morgana

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