Se acerca el mediodía, muchos compañeros están desde muy temprano en las afueras de la DIROES donde nos habíamos citado para esperar los resultados de la sentencia al asesino, todos pendientes de la radio escuchando las palabras que anhelábamos oír, con el corazón en la mano seguíamos a la relatora que decía:
“Está probado que; el 3 de noviembre de 1991, el destacamento Colina irrumpió en un inmueble del jirón Huanta, donde se realizaba una pollada, y ejecutaron a 15 personas y causaron lesiones graves a cuatro. Está probado que; la matanza de Barrios Altos fue la primera Operación Especial de Inteligencia de eliminación física de personas que ejecutó Colina. Está probado que; en la madrugada del 18 de julio de 1992, nueve estudiantes y un profesor de La Cantuta fueron conducidos por agentes de Colina al kilómetro uno y medio de la carretera Ramiro Prialé, donde fueron ejecutados y enterrados clandestinamente. Está probado que; Alberto Fujimori estructuró y ejecutó una estrategia político-militar paralela a la que pregonaba públicamente –cuyo objetivo era la eliminación de los terroristas, decisión que se articulaba por medio de su asesor Montesinos y del aparato de poder organizado que formó. Está probado que; Alberto Fujimori es responsable de dichas operaciones porque las ordenó a partir de su dominio del aparato de poder organizado que instituyó desde el SIN. En tal virtud se impone 25 años de pena privativa de Libertad”. El júbilo fue inmediato, jóvenes junto a viejos compañeros nos abrazábamos, llorábamos y gritábamos consignas, nuestra lucha no había sido en vano. La sentencia tiene una solidez técnica intachable y que no deja lugar a dudas sobre la responsabilidad de Fujimori en sus crímenes de lesa humanidad.
En ese sentido respaldamos totalmente las acciones que convocan por ejemplo la Cumbre Macro Regional de los Pueblos "Juan Santos Atahualpa" que entre sus demandas plantea la salida de Alan García Pérez del gobierno peruano por ser socio de las transnacionales, la convocatoria a una nueva Asamblea Constituyente, la elaboración de una nueva Carta Magna de estados plurinacionales y el inicio de la "Huelga Amazónica Andina" (desobediencia civil). Ahora más que antes es hora de combatir para echarnos abajo no solo a los dictadores de turno sino también a sus políticas pro imperialistas y su modelo neoliberal que fracasan rotundamente en todas partes es hora de construir un nuevo orden, parafraseando a J.C. Mariategui un Perú nuevo en un mundo nuevo.
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